Además del windsurf o el kitesurf, en Bonaire se puede disfrutar de las siguientes actividades y cosas que ver:
– Buceo: Bonaire tiene renombre a nivel mundial como destino para contemplar la vida subacuática. Aproximadamente 50% de los visitantes de van hasta la isla atraídos por la calidad del buceo. El buceador encuentra una enorme variedad de flora y fauna marina. Destacan, entre otras especies, los peces lobo, meros, peces trompeta, peces ángel, barracudas, erizos de mar, cangrejos ermitaños, etc…. La visibilidad se mantiene incluso hasta los 30 metros en sus transparentes aguas. Merecen la pena especialmente los spots de Playa Bengue o Karpata. El patrimonio subacuático está permanentemente controlado por el Bonaire Marine Park.
– Kayak y snorkeling en los Manglares de Lac Bay: zona natural protegida donde diferentes especies vienen a procrear y alimentarse. Es un ecosistema único en el mundo, de aguas cristalinas y poca profundidad.
– Santuario de los Burros: situado en el interior de la isla, este santuario tiene el objetivo de abrigar y cuidar de los burros que viven en la isla. Estos animales fueron traídos a Bonaire hace más de 500 años por la colonización española. Es posible entrar en bicicleta o en coche y alimentar los animales con zanahorias. La diversión está garantizada.
– Washington-Slagbaai National Park: localizado en el norte de la isla, es otra posibilidad de ver la flora y fauna endémica de la isla, como el flamenco caribeño, el loro amarillo y la exótica iguana. Hay muchos senderos para hacer trekking y bicicleta, cuenta con playas e incluso un museo de historia y cultura de Bonaire.
– Lago Goto: otro bonito escenario con pequeñas islas en el medio y destaca por ser el lugar dónde centenas de flamencos vienen alimentarse todos los años, sobre todo de enero a julio, agregando un color peculiar al paisaje.
– Kralendijk, Rincón y Lac Bay Kai: pequeñas ciudades y poblados ideales para apreciar el ritmo de vida de la población local y su modo de vida. Todo decorado con edificios coloniales holandeses, bares y restaurantes. Siempre hay mucha música, niños corriendo y jugando, comidas y artesanía. La vida nocturna es animada por la música en directo y frescos cocteles, pero no hay clubs nocturnos. Es un destino tranquilo en este sentido.
– Klien Bonaire; la pequeña isla vecina de Bonaire está rodeada de espectaculares spots de buceo y snorkeling, además de playas desiertas. Es el sitio perfecto para pasar el día y hacer un picnic.
– Pekelmeer: enormes pilas de sal de las minas de Bonaire. El visitante encuentra colores vibrantes y muchos contrastes. Se aprecian colores tan variados como el azul, el morado, el rosa, el rojo o el blanco. Muchos pájaros, incluyendo los flamencos y otros pájaros marinos, frecuentan esta área en busca de pequeñas gambas que están en las piscinas de agua salada.