Además de poder navegar en condiciones excelentes, Jericoacoara ofrece otras actividades para aquellos días que quieras descansar del viento o simplemente hacer algo diferente y enriquecer tu viaje.
Paseos de buggy. Alrededor de las enormes dunas, conocer lagos paradisíacos con agua transparente, atravesar manglares y pasear por las interminables playas de arena fina.
Sandboarding. En las gigantes dunas de arena.
Yoga o Capoeira. Se ofrecen clases en la playa cada mañana y a la puesta de sol.
Paseos de barco. En un barco a motor o acompañando a un pescador en su trabajo e ir a pescar en un barco a vela típicamente tradicional.
Paseos a caballo. Para ir a conocer y ver la puesta de sol en la más famosa postal de Jericoacoara: Ponta da Pedra.
Salir a cenar y la noche. Prueba la auténtica caipirinha, disfruta de la enorme variedad de restaurantes, baila música tradicional brasileña (forro), conversa con los locales, contempla el cielo estrellado….
Chill out. Existe la simple e inteligente opción de no hacer nada. Túmbate en una hamaca, con un coco bien fresco, contempla lo que te rodea, relájate y adáptate al ritmo local de vida.